Generalidades sobre las Cigarras de Portugal

Seguramente la mayoría de la gente ha oído cigarras en las horas más calurosas del verano, pero quizás pocos las han visto nunca. Se trata esencialmente de insectos tropicales (Hemiptera, Cicadoidea), pero también son frecuentes en el área mediterránea, y se ha confirmado la presencia de trece especies distintas en Portugal, aunque todavía hay poca información sobre algunas de ellas, especialmente reciente, acerca de su distribución.

Las cigarras adultas se caracterizan por el hecho de que los machos emiten señales acústicas típicamente intensas, a veces durante horas cada vez, cuya función principal es atraer a las hembras para la reproducción. Estos sonidos, generados por la vibración de un par de timbrales (membranas del primer segmento abdominal), son diferentes para cada especie, por lo que funcionan como verdaderos carnets de identidad específicos. Las hembras (silenciosas) sólo son atraídas por machos coespecíficos y, si en una población dada se producen cambios que conducen a la producción de señales acústicas distintas, esa población tenderá a diverger, quedando aislada desde el punto de vista reproductivo de otras poblaciones coespecíficas. En otras palabras, tendrá su propio destino evolutivo. Así, puede nacer una nueva especie, "ese misterio de misterios" como Darwin llamó a la cuestión del origen de la especie (especiación), un acontecimiento que hoy sabemos que es complejo y que puede implicar procesos diferentes.

Las cigarras son fitófagos y tienen una armadura de la boca que pica a través de la cual chupan la savia de las plantas. Los huevos son depositados por las hembras fertilizadas en los tejidos de las plantas hospedadoras, durante el verano o el otoño. Para ello, utilizan ovopositores de sable que hacen incisiones en las ramas o tallos de esas plantas. Días o semanas más tarde, eclosionan y las jóvenes y diminutas ninfas caen al suelo, donde cavan un túnel con sus patas especialmente adaptadas. Se alimentan de la succión de la savia de la raíz, y durante la vida subterránea crecen a través de plántulas (generalmente cuatro) de la cutícula. Cuando llegan al último estado larvario, hacen un túnel a la superficie del suelo, suben a cualquier sustrato, como un árbol, y allí sufren la última muda, convirtiéndose finalmente en el adulto que oímos si es un macho.
El estadio larvario subterráneo puede durar de uno a varios años, es decir, unos tres años en Cicada orni, una de las cigarras más comunes en nuestro país y en Europa.

(Texto Prof. Dr. José Alberto Quartau/2019; adaptado de “Quartau, J.A. 1995. Cigarras esses insectos quase desconhecidos. Correio da Natureza, 19: 33-38”)

Cicada orni